sábado, 10 de octubre de 2015

FRAUDE FINANCIERO "ROYALD AHOLD"

CASO DE ROYALD AHOLD

La empresa holandesa minorista y distribuidora de productos de alimentación, que se convirtió en el tercer grupo mundial de alimentación mediante una agresiva, y por lo que se ve destinada al fracaso, estrategia de adquisiciones.

La empresa holandesa de 122 años de antigüedad-, posee 9.000 establecimientos en 27 países que atienden a 40.000 clientes a la semana. El año pasado sus ingresos fueron de 60.900 millones de dólares, el 59% de los cuales procedían de Estados Unidos, donde la empresa posee las cadenas de supermercados Giant y Stop&Shop.

Ahold sorprendió a los inversores cuando el 24 de febrero de 2003 anunció que había inflado sus ingresos en al menos 500 millones de dólares en 2001 y 2002, lo que propició una caída del 60% del precio de sus acciones y la dimisión de su director ejecutivo y de su director financiero.

Siguiendo un patrón excesivamente familiar para los inversores estadounidenses, el anuncio de Ahold se produjo tras las promesas de crecimiento del 15%, un objetivo que al final resultó inalcanzable. “Esta clase de presiones, asociadas al sector inversor estadounidense, ahora tienen lugar en todo el mundo”, dice Peter Cappelli, profesor de gestión de Wharton y director de su Center for Human Resources.

Los problemas de Ahold podrían también tener un importante efecto sobre la incipiente movilización de accionistas que se está produciendo en Europa.

William S. Cody, director general de Jay H. Baker retailing initiative (Iniciativa de venta al por menor Jay H. Baker) en Wharton, cree que el crecimiento de Ahold estuvo alimentado por un proceso descontrolado de adquisiciones. “Durante los últimos 10 años la empresa se embarcó en una gran aventura de adquisiciones en Europa y Estados Unidos. Su principal estrategia fue dejar que las operaciones locales funcionasen por sí mismas y utilizar las adquisiciones como motor de crecimiento. Luego Ahold trató de diversificarse, de salir del sector de productos de alimentación e introducirse en el negocio de los servicios de comidas, y ahí fue cuando la empresa empezó a tener dificultades”.

La raíz de los problemas de Ahold se encuentra en Estados Unidos, en su división U.S. Foodservice, el segundo mayorista del país suministrador de restaurantes y comedores y cafeterías de instituciones públicas. Fue en este ámbito donde representantes de la empresa descubrieron irregularidades contables relacionadas con ciertos pagos conocidos como descuentos promocionales, que algunos fabricantes de productos de alimentación hacían a la división. Estos pagos fueron supuestamente contabilizados por encima de su valor y, en algunos casos, sin contar con el permiso de los fabricantes.

También han sido cuestionadas las prácticas empresariales de Ahold en Argentina, Uruguay y Suecia, y la empresa está siendo investigada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, la Comisión del mercado de valores y por instituciones reguladoras en Holanda.
Los problemas contables de Ahold están relacionados con la manera en que la empresa contabilizó los anticipos promocionales de sus fabricantes. Cody, un analista del caso  señala que desde hace tiempo los fabricantes de productos de alimentación ofrecen a las empresas minoristas pagos por obtener los mejores espacios en sus expositores o en sus folletos publicitarios. En teoría esta es una práctica empresarial legítima que ayuda a los fabricantes a prestar apoyo a un producto que creen que funcionará.  “Es parte del juego. Se trata básicamente de una mentalidad tipo quien quiera jugar tiene que pagar. Es algo que existe en el sector desde hace muchos años”.

Pero últimamente los minoristas han pasado a depender demasiado de los programas de promoción. “Se ha llegado a un punto en el quge las cadenas de supermercados y grandes superficies se marcan objetivos acerca de cuánto han de recaudar de sus distribuidores”
El Emerging Issues Task Force (Grupo especial de asuntos emergentes) del Financial Accounting Standards Board, FASB (Consejo de Normas de Contabilidad Financiera) ha estado estudiando durante más de un año la manera de contabilizar estos anticipos por promociones. En enero este grupo especial alcanzó un consenso según el cual “el efectivo que un cliente reciba de un distribuidor se presume una reducción del precio de los productos o servicios de dicho distribuidor, y por tanto debería ser tratado como una reducción del coste de las ventas”.

Algunas empresas minoristas han intentado contabilizar estos pagos como ingresos que directamente van a la cifra final de resultados, según Cody. En Ahold la situación parece ser una violación clara de normas contables más importantes que las que regulan los detalles de la contabilización de desembolsos por promociones. “Se contabilizaron sin tener de hecho todavía el dinero. Se basaron en sus proyecciones de ventas… Al no producirse esas ventas empezaron los problemas”.

El profesor de marketing Stephen J. Hoch explica que contabilizar los descuentos por promociones “tan pronto” es la cara menos conocida de una táctica empleada por los fabricantes y denominada channel-stuffing. Para cumplir con sus objetivos de ventas, los fabricantes envían una cantidad excesiva de productos a los minoristas sabiendo que permanecerán durante algún tiempo en inventario, desplazando futuras ventas.



CHANNEL-STUFFING

Es una  práctica en la que una empresa vende a crédito su producto para que pueden vender a los clientes, de esta manera se aumenta temporalmente sus cuentas por cobrar y por ende los activos actuales . Esto hace que la empresa  tenga  fortaleza financiera y se eleven el precio de las acciones.
Según Hoch, en cada sector se hacen malabarismos trimestrales para cumplir con objetivos financieros. “Es una práctica común, pero no es una práctica sostenible, ya que a la larga acaba por atraparte. Quizá pensaron que como todo el mundo lo hace no había nada malo en ello. Se van a dar cuenta de que estaban equivocados”

ADQUISICIONES

Ahold comenzó su aventura de adquisiciones en 1976 cuando adquirió un supermercado español y la cadena Bi-Lo en el sur de Estados Unidos. En 1996 compró Stop&Shop por 2.900 millones de dólares y docenas de cadenas en Latinoamérica, Europa y Asia. En 1999 intentó comprar Pathmark Stores, pero la operación fue bloqueada por la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos. Así, Ahold dirigió su atención hacia los servicios de comidas para seguir creciendo, adquiriendo U.S. Foodservice por 3.600 millones de dólares en 2000”.
            Parecía que Ahold era uno de los mayores minoristas del mundo, sin embargo lo que hizo fue prácticamente explotar cualquier cuota de mercado que tuviera”.
A excepción de la adquisición en 1998 de Giant en la zona de Washington D.C., Ahold se equivocó al comprar empresas minoristas secundarias en mercados de crecimiento lento, en especial en el noreste del país, añade Hoch. Luego, para compensar sus problemas operativos, Ahold –al igual que otros minoristas-, centró su atención sobre los descuentos promocionales como una potencial fuente de beneficios. “Eso tan sólo es una distracción temporal. Si continúas tratando de ganar dinero vendiendo espacios en los expositores, vas a verte comprometido con la clase de decisiones que tomes”.
Gran parte de la estrategia de adquisiciones de Ahold fue impulsada por el miedo a la competencia de Wal-Mart Stores, que se ha convertido en la empresa minorista de productos de alimentación más grande del mundo mediante un programa de crecimiento interno, no de adquisiciones.

AUDITORIA
Según los datos de la auditoría realizada por PwC, aproximadamente 110 millones de dólares corresponden al ejercicio 2000; 260 millones de dólares, al de 2001, y aproximadamente 510 millones, a 2002. Ahold, el líder en distribución alimentaria, realizará una provisión de 700 millones de dólares en sus cuentas.
El grupo holandés destinó 19.000 millones de dólares en compras, incluyendo la de Foodservice, convirtiéndose en un gran grupo presente en 30 países.
Según PwC, cuando Ahold compró Foodservice, en abril de 2000, los libros ya incluían irregularidades referidas a una anotación incorrecta de 90 millones de dólares (79 millones de euros) que habían sido traspasados del capítulo de activos circulantes al de fondo de comercio.
Los auditores calculan que las modificaciones totales del balance que deberán efectuarse en Foodservice ascienden a 1.015 millones de dólares (890,3 millones de euros) y se refieren, entre otros, a olvidos en la anotación de deducciones, facturaciones anotadas antes de tiempo o existencias sobreestimadas.
Ahold también anunció que sigue adelante con las investigaciones. El gigante holandés, con una deuda de 12.300 millones de euros, necesita ajustar sus libros contables para los ejercicios de 2001 y 2002 antes del 30 de junio para acceder definitivamente al préstamo de 3.100 millones de euros solicitado para fortalecer su posición financiera.

JUSTICIA

La justicia holandesa dictó ayer sentencia por fraude contable contra los principales directivos del consorcio holandés de distribución Ahold. Cees van der Hoeven, ex presidente de la firma, y su director financiero, Michiel Meurs, fueron condenados cada uno a nueve meses de prisión condicional y una multa de 225.000 euros. Sin antecedentes penales y al no haber mediado, según los jueces, afán de lucro, no ingresarán en la cárcel. El directivo Jan Andreae, recibió cuatro meses de reclusión en las mismas condiciones y 220.000 euros de penalización. Para mejorar los beneficios, los tres añadieron en 2003 las cifras de ventas procedentes de los resultados de sucursales europeas y de Latinoamérica sin tener potestad para ello.
El año 2003 se descubre que la subsidiaria estadounidense de Ahold, US FOOD SERVICE, había registrado en sus libros los descuentos de los proveedores y las bonificaciones como ganancias, aunque en realidad el dinero no se encontraba ahí.

CONSECUENCIAS
El costo de los daños fue de 340 millones de dólares estadounidenses. Por este motivo las ganancias de Ahold para el 2002 amenazaban con desaparecer y el valor de las accciones cayó en un 60%. Como resultado, la compañía ya no cumplía con la capacidad crediticia requerida por los bancos. En este punto, Ahold debía a sus prestamistas alrededor de trece mil millones de euros por las recientes adquisiciones de docenas de cadenas de tiendas.

CONCLUSIONES:
·         Falta de control por parte de los altos directivos seguido de una  falta de transparencia en la empresa hace que sus funcionarios tomen decisiones que en su momento resulto positivo pero a largo plazo no.
·         El costo de los daños fue de 340 millones de dólares estadounidenses.
·         El valor de las accciones cayó en un 60%.
·         Mala estrategia de adquisiciones
·         Realizaban  malabarismos trimestrales  en las cuentas por cobrar para cumplir con objetivos financieros.

RECOMENDACIÓNES:
·         Revisar cómo está consiguiendo el cumplimiento de objetivos ya que si el mercado no acompaña, la gente sucumbe a la presión y comienza a inventarse las cifras
·         Considerar que en todo momento de la vida profesional una persona debe actuar de manera transparente, cumpliendo con los principios éticos y morales, para de esta manera ser una fuente que ayude a prevenir los diferentes fraudes que se puedan presentar cumpliendo así con nuestro objetivo de ser profesionales de excelencia

FUENTES DE  INFORMACION

·         http://financial-dictionary.thefreedictionary.com/Channel+Stuffing
·         http://es.slideshare.net/guestdcf237/fraude-royal-ahold
·         http://www.defensadelcobre.info/modules.php?name=News&file=print&sid=12385
·         http://elpais.com/diario/2006/05/23/economia/1148335216_850215.html

·         https://www.knowledgeatwharton.com.es/article/el-real-atraco-de-royal-ahold/

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